“Con la bala que se suicida mata a su mejor
amigo”.
Titular de diario hondureño, 1986
Justo cuando la certeza de que el país se nos está deshaciendo entre las manos se abre paso, a pesar de todo, entre la retórica voluntarista y electorera, del gobierno de Felipe Calderón y la realidad se nos presenta cruel y descarnada a pesar de afeites y promesas de pronta y milagrosa mejoría. Instalados ya formalmente en la recesión, frente a la inminente pérdida de más de un millón de empleos, cuando la crisis de seguridad y la crisis económica convergen y el escenario de graves conflictos sociales comienza a configurarse en un país donde hasta los más pobres hoy consumen menos tortillas. Justo, digo, en esta hora grave para la nación, cuando la desesperanza y la frustración calan tan hondo y la gente en la calle se pregunta qué hacer para sobrevivir y mira con rabia creciente a los políticos, dos figuras señeras de la izquierda electoral mexicana, dos luchadores sociales históricos, se dan el lujo de enfrascarse en un intercambio de acusaciones mutuas sobre la presunta colaboración de una y de otro con el crimen organizado. Al hacer esto, al haberse permitido llegar a estos extremos y trasladar el debate político a la nota roja, Amalia García, Gobernadora de Zacatecas y el Senador Ricardo Monreal al tiempo que se disparan un tiro en la sien dan la puntilla a las ya de por sí magras posibilidades electorales de la izquierda mexicana. Lo dicho; “con la bala que se suicidan matan a su mejor amigo”.
Pero no se trata sólo de perder votos sino de desperdiciar una oportunidad histórica y dar la espalda a las aspiraciones de libertad, bienestar y justicia de millones de mexicanos. Aspiraciones que tanto el PRI como el PAN han demostrado ser incapaces de satisfacer. Hoy, como nunca, hacen falta en este país luchadores sociales, organizaciones políticas que depongan los intereses particulares, que no cedan a las tentaciones del poder, no se corrompan, no se asimilen a los usos y costumbres del antiguo régimen y desde la izquierda, pero de verdad desde la izquierda, es decir con ese impulso ético, con ese compromiso indeclinable con las mayorías empobrecidas, actúen con integridad, inteligencia y unidad de propósitos. En vez de eso nuestra izquierda, lo que va quedando de ella, se desgrana en pugnas internas donde muy pocas veces son las ideas las que están en el centro del debate.
Aunque nada es más importante hoy que ofrecer una alternativa de vida digna, de seguridad con justicia y libertad, de progreso con equidad a millones de mexicanos, no es la discusión sobre los métodos para conseguir estos objetivos lo que produce las sucesivas y continuas rupturas en el seno de la izquierda. Los dirigentes de partidos y movimientos, quienes ocupan puestos de elección popular –con muy pocas pero honrosas excepciones- están, por el contrario, empeñados en la permanente disputa de cuotas de poder, posiciones en la nómina, acceso a prerrogativas, control territorial y clientelas. No es la riqueza y amplitud del debate, es la mezquindad la que prima, la que separa. No son las convicciones de cada uno y la firme e inteligente defensa de las mismas la que produce lo que podría ser hasta una necesaria, enriquecedora y saludable ruptura.
Al subir de tono las agrias disputas entre los dos zacatecanos dieron un vuelco tan inesperado como letal. La acusación de Monreal de colusión del gobierno de Amalia García con el crimen organizado, sin presentar prueba alguna de su dicho, fue una piedra lanzada por el Senador que pronto se le volvió boomerang y tanto que la “revelación” posterior de que hace unos meses se descubrieron 14 toneladas de mariguana en una propiedad de los hermanos de Monreal -uno de los cuales fue quien al parecer hizo la denuncia- empató el marcador de la ignominia. Claro, sólo hasta que se produjo la fuga de los 53 sicarios posible gracias a la corrupción imperante en ese centro de reclusión.
Con sus dichos y hechos Monreal y Amalia se insertaron, con una eficacia brutal, en el centro mismo de la estrategia electoral del PAN. Nadie jamás hizo tamaño favor –además de Miguel de La Madrid- a Germán Martínez.
Nadie habla hoy de la responsabilidad del gobierno federal en la fuga del penal de Cieneguillas. Sólo hay un culpable: el gobierno perredista. Un convoy así, un comando que opera de esa manera no está integrado sólo por miserables policías ministeriales. Ahí, estoy seguro y basta ver el video para confirmarlo, había, además de custodios corruptos y funcionarios estatales venales, oficiales federales que no estaban disfrazados sino que se escudaban tras placas y uniformes verdaderos para delinquir. Nadie habla tampoco, en el país del “haiga sido como haiga sido”, del papel de la PGR del General Macedo al servicio de Fox o de la AFI como oficina de inteligencia en la campaña electoral de Calderón y de la posibilidad incluso de que la droga en cuestión haya sido sembrada.
Cargan ya Monreal y su familia, sin haber sido sometidos a proceso, una condena dictada por la percepción pública.
La realidad es que a estas alturas ambos, pese a toda su historia de lucha, perdieron; el izquierdista es el lobo del izquierdista. Se fueron de bruces y con ellos se fue al carajo, porque este asunto no es sino expresión de su estado de descomposición, la muy triste izquierda electoral que tenemos.
jueves, 21 de mayo de 2009
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3 comentarios:
Sr Epigmenio Ibarra
Gracias por reconocerlo
Le costo trabajo hacerlo , pero mas vale tarde que nunca. Efectivamente , aunque algunos no estemos de acuerdo con la izquierda , estamos conscientes que es enecesario contar con esa ideologia , y debe ser muy responsable para equilibrar poderes
Saludos
A mi lo que me parece extraño e inconcebible es que a Ebrard, Lopez Obrador , Imaz, Padierna, Bejarano, Cárdenas etc... llames como Izquierda Mexicana que yo sepa ellos pertenecian al PRI y se salieron porque no obtuvieron los puestos de eleccion que solicitaban.
La Izquierda es otra cosa y muy digna y de esa en Mexico desgraciadamente no existe.
La que se auto-llama izquierda es una bola de saltimbanquis politicos que con tal de llegar al poder pasan de izquierdas a derechas de una magistral manera.
La unica que esta convencida, en su sitio y con coherencia politica es la Derecha Mexicana mala o buena a nadie engaña y le da certidumbre a sus actos
No hacen falta más "luchadores sociales", lo que hace falta es gente comprometida con su País, que trabaje en serio, que ayude a generar empleos, riqueza y prosperidad económica.
No necesitamos más fodongos "luchadores" que lo único que hacen es bloquear calles, marchar y de paso obstaculizar a aquellos de nosotros que verdaderamente trabajamos todos los días, pagamos impuestos y generamos empleos.
Entiéndalo, el mejor luchador social es el trabajador que todos los días se levanta a ganarse el pan honradamente, no el huevón "ilustrado" con aspiraciones de Robin Hood región 4.
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