jueves, 4 de octubre de 2007

LOS AMIGOS DEL TIEMPO TIENDEN PUENTES

Me equivoqué o quizás no tanto. Escribí aquí hace dos semanas que pese a los buenas intenciones no era tiempo para el diálogo; que sobraban razones para alzarse en armas (desde el punto de vista de la guerrilla) y faltaba guerra para que ambos bandos pensaran siquiera en sentarse a negociar. Las cosas parecen haber cambiado. Luego de las explosiones en distintos estados del país que llevaron al ERP al primer plano nacional e internacional y antes de escalar sus acciones militares, como parecía previsible, despliegan ahora los guerrilleros una audaz ofensiva política de tan alto impacto como los atentados que semiparalizaron al país.

Antes con sabotajes, hoy con propuestas, adquiere el EPR, la “guerrilla mala”, un protagonismo tan poderoso como el que en el 94 tuviera “la guerrilla buena”; el EZLN. Cuando el lanzamiento zapatista fue el gobierno el que soltó primero la carta de la tregua unilateral, un componente ofensivo del arsenal político-militar. Hoy los alzados en armas se le adelantaron.

Con una ráfaga de comunicados el EPR parece dar un giro estratégico en su manera de actuar: en tiempo de tumbar puentes los construye. Ofrece la guerrilla, los “amigos del tiempo”, con sus golpes espectaculares aun frescos, algo que parecía, al menos en las condiciones actuales de la confrontación, todavía innecesario y lejano: un cese de hostilidades que pone en jaque al gobierno.

Plantea, por otro lado, el EPR, al Senado de la República –y al dirigirse a otro poder abre otro flanco- la promulgación de una ley de amnistía luego de haber ofrecido a los empresarios, en una jugada tan audaz como inédita, el cese de los sabotajes y de emplazarlos –ellos ya han dicho que están dispuestos a hacerlo- a sentarse en la mesa y dialogar, sí y solo sí son presentados con vida los dos militantes de esa organización desaparecidos.

Pero no se queda ahí el EPR, desde Chiapas, corazón del movimiento zapatista, saluda la lucha del Subcomandante Marcos al tiempo que recuerdan la silenciosa solidaridad que desde hace mucho tiempo y en distintas zonas del país han brindado al EZLN. Reconoce el EPR que los distintos movimientos armados tienen un desarrollo y una percepción distinta y desigual de la lucha pero hace énfasis en lo que los puede unir. Al tiempo que resalta sus raíces indígenas, reclamando el abanderamiento exclusivo que de esa causa hace el EZLN, tiende un puente público en dirección a esta organización. Un puente difícil de ignorar.

Y ya en el marco de este tejido fino de un nuevo tipo de vínculos el EPR, dejando atrás la descalificación dogmática, reconoce las luchas de quienes han optado por la vía pacífica y se refiere – “no me ayudes compadre”- a los dos líderes emblemáticos del PRD: Cuahutémoc Cárdenas y López Obrador.


La historia de América Latina nos da múltiples ejemplos, que en tanto no se llegue a un momento de definición militar (como en los días insurreccionales de Nicaragua o en los últimos años de la guerra en El Salvador) o no se hayan cerrado por completo, a sangre y fuego además, los espacios de participación política electoral, la alianza entre un movimiento guerrillero y un partido político resulta sumamente perniciosa para ambos.

Unos, los alzados, no consiguen ni combatientes para su causa; ni respaldo social, interno o externo, para la guerra. Nadie se lanza a la lucha armada o la apoya si puede conseguir con votos lo que la guerrilla busca con fusiles. Otros, los que están por la participación electoral, no consiguen votos si la guerrilla ronda, porque a los de izquierda radical (recordemos el papel del Subcomandante Marcos en las ultimas elecciones) les parecen tibios y al resto de la sociedad radicales peligrosos. La violencia revolucionaria, aun cuando sólo exista de manera latente y focalizada o en grado de tentativa, hace que los ciudadanos acudan a las urnas en busca de seguridad; los hace inclinarse a la derecha hacia aquellos que prometen vestirse de verde olivo y tener mano dura.

Y a ese, al quien hoy se viste o viste a los hijos de verde olivo; Felipe Calderón, a quien sacó en las urnas ventaja de la inseguridad (y no por cierto provocada por la guerrilla sino por el narco) en la que Vicente Fox dejó sumido al país, al mismo que sin recato desató a la guerra sucia, al que calificaba a su contrincante como “un peligro para México”, a Felipe Calderón le toca y para conjurar, ahora sí, un peligro real para el país, presentar con vida a Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez. El EPR tiende puentes; si Calderón no los cruza otros lo harán y no, desgraciadamente entonces, no me habré equivocado.

3 comentarios:

Roberto dijo...

EZLN, MARXISMO REVIVIDO QUE DEBE SER EXTERMINADO, JUNTO AL EPR, LA APPO Y EL P.R.D.


SIEG HEIL !!!

Roberto dijo...

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Roberto dijo...

MEXICO DESPIERTA Y DICE NO A LA IZQUIERDA!!