Algo habrá, de seguro, más importante para los afanes e intereses periodísticos de Joaquín López Dóriga y Ciro Gómez Leyva, seguidores y analistas de la realidad nacional, que las payasadas de Fernández Noroña, la rechifla en un mitin a González Garza o los exabruptos y descalificaciones de un seguidor del tristemente célebre René Bejarano contra Carlos Navarrete.
Cierto es que López Obrador, el PRD, la izquierda en general con sus desatinos, suelen ponerse ellos mismos en la mira, pero de ahí a saltar con la preeminencia con que han saltado a las primeras planas o a los espacios estelares de los noticieros de televisión, durante tantos minutos además y en cadena nacional, hay un espacio verdaderamente inconmensurable, algo que a mi al menos me parece desproporcionado y que considero necesario tratar de explicarme.
Que Noroña vive buscando la cámara pendiente de sus lamentables puestas en escena sólo para acentuar, con sus despropósitos, el descrédito de la izquierda electoral. Que Bejarano y sus ligas, la Padierna y su clientela son personajes impresentables por más que representen votos en las urnas no hay discusión alguna. Que Bejarano se haya convertido, de nuevo y por interpósita persona, en una estrella más del canal de las estrellas es algo que me parece excesivo y peligroso. La intolerancia que se denuncia puede ser coartada para una intolerancia mayor y de otro signo.
Ya tuvo este personaje, el señor de las ligas, gracias a Brozo, quien lamentablemente se prestó para una puesta en escena, sus quince minutos de fama. Fama que costó y mucho a la izquierda en la batalla electoral.
Que la izquierda, donde militan muchos de los más respetables ciudadanos de este país, está sumida en un complejo, polémico y altisonante periodo de redefinición porque su papel en este momento histórico, tan cerca del poder, tan lejos de sus ideales, no está claro tampoco es discutible y merece, lógicamente, en tanto que se trata de la segunda fuerza política del país, atención de la prensa nacional. La pregunta sin embargo es: ¿Pero de veras es para tanto?
Me imagino que pugnas similares, empujones y desplazamientos se producen, así ha sido históricamente, en el PRI de cuyas contradicciones internas nadie habla o en el mismo PAN que, con el poder en las manos, se prepara para tratar y con seguridad a punta de empellones, de conservarlo.
Que la segunda fuerza política del país no se repone de su derrota, sufrida además en una contienda sucia donde la televisión, el dinero y el poder se aliaron para destruirla, es un hecho incontrovertible. Que hay, cómo no y lo comparto, un legitimo descontento que ni pasa, ni se olvida y que no necesariamente el mantener vivo ese agravio, que lo es para la nación y no sólo para unos cuantos, es delito ni radicalismo, es algo, aunque resulte fuera de tono, saludable para nuestro país y nuestra democracia.
Que el trauma de la pérdida de la presidencia provoca que muchos en el PRD o en el movimiento civil que apoya a AMLO actúen regidos por la dialéctica del traidor y en vez de reivindicar las victorias obtenidas, que son muchas y muy importantes, se empeñen en perderlo todo de una vez, es también una realidad palpable. Sólo la victoria cohesiona y resuelve –así sea temporalmente- diferencias aparentemente irreductibles. La derrota genera desunión, rupturas y un discurso radical que más que adeptos o rumbo definido genera sólo una especie de bálsamo, de desahogo emocional bueno nada más en el mítin.
Anda la izquierda pues en busca de identidad y pelea en su interior y lo hace sin contemplaciones. Eso, habrán de disculparme, me parece saludable y necesario. ¿Imagina usted una estructura vertical, caciquil y autoritaria como el PRI lavando en público su ropa sucia o puede, por otro lado, pensar siquiera en un recio debate ideológico al interior del PAN?
Quienes han arriesgado la vida –como los militantes de izquierda que hoy ocupan curules en la Cámara de Diputados o el Senado de la República- por sus ideales tienen que estar listos para enfrentar una rechifla. La lucha hace la piel gruesa. Qué más dan unos gritos, unos silbidos, el rapto de intolerancia de unos cuantos frente a las décadas de persecución y muerte.
A mi no me espanta lo ocurrido el domingo, no le concedo tanta importancia. No lo veo como el resultado de un discurso intolerante y radical, ni como el arranque de una dialéctica violenta, sino como una suma de factores donde, por supuesto, actúan fuerzas contrarias a la izquierda que enrarecen el entorno y donde es claro que hay un debate ideológico profundo que se enfrenta, es cierto, violentando las normas de la decencia política tradicional, es decir de la simulación y el ocultamiento de las diferencias.
No hay norte que oriente la acción y la izquierda ahora, compartiendo el poder, debe reinventarse. Es esto urgente y vital para el país. Necesitamos el contrapeso de una izquierda lúcida y poderosa. Mucho me temo que la atención excesiva de los medios a lo escandaloso, a lo políticamente incorrecto de esta lucha puede asociarse, en la percepción pública y por sus efectos en la misma, a la campaña que busca evitar la construcción de este contrapeso vital.
jueves, 28 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Francamente no me parece desproporcionada la atención que esta mereciendo lo que sucede con la izquierda hoy en día en el país.
Después de los grandes baños de pureza que se dan, de la forma en que atacan al "español" en la secretaría de gobernación y se hacen patos con el "francés" que gobierna el DF.
Después del descaro con el que por años han pretendido poner a otras fuerzas políticas como "los malos" (cuando los mismos lideres de el PRD por ejemplo salieron de otros partidos y a la fecha conservan sus usos y costumbres, por lo visto)
En esta época en que AMLO atiza con descaro los racismos y los fantasmas de gestas históricas que le francamente le quedan muy grandes para arroparse en sus banderas. Por no mencionar que el "pueblo" las conoce solo en su forma mas diluida y maquillada (¿acaso D. Benito Juarez no fue el primer presidente LIBERAL de México? ¿No fue él el papi político de D. Porfirio???)
Yo, que quisiera hallar una opcion seria, socialdemocratica de verdad aqui en México, agradezco que a la gente se le tenga informada de la clase de gente que dice ser la opción de izquierda en México, que para mi son igual de vacios como izquierda que los "ecologistas" del niño verde.
Esta gente esta abusando de prejuicios y complejos que miles de mexicanos llevan cargando por décadas para engañar a la gente... es justo que se haga un esfuerzo por mostrarlos como son realmente.
Solo el día en que la izquierda deje de ser tan conformista y oportunista con sus caudillos, será posible que podamos confiar en lo autentico de su proyecto. Hoy en día no veo como.
Iñaki Garrido
Absolutamente de acuerco Epigmenio, absolutamente de acuerdo.
Francisco Aceves
MEXICO TIENE LA IZQUIERDA QUE SE MERECE
POR ESO MEXICO CONFIARA EN LA DERECHA
Publicar un comentario