jueves, 8 de enero de 2009

Y LOS INDÍGENAS CAMBIARON MÉXICO

segunda y última parte

A pesar de que los acontecimientos de los últimos días; el criminal atentado contra Televisa Monterrey, a cuya condena me sumo solidaria y enérgicamente y la también criminal y desproporcionada acción militar israelita en la franja de Gaza merecerían sin duda que les dedicara este espacio, me propongo seguir con el dedo en el reglón y volver, 15 años después, a la rebelión del EZLN en Chiapas. Lo hago convencido de que, por más que se quiera minimizar esa historia o reducirla sólo a una efeméride folclórica más, lo que sucedió esos días en las montañas del sureste mexicano, abrió los cauces para una profunda transformación del país.

Muy lejos está México, es cierto, de ser el país que lo que los indígenas que se alzaron en armas querían; muy lejos también de lo que el régimen autoritario, en aquellos días de euforia primer mundista, imaginaba y hasta que tronaron esos tiros daba por hecho.

Los excluidos, los “condenados de la tierra” que diría Franz Fanon, cobraron de pronto un protagonismo hasta entonces inédito. Sus ataques coordinados a distintas cabeceras municipales no sólo tomaron por sorpresa a las autoridades civiles y militares; sacudieron, conmocionaron al país entero. El cese al fuego decretado por el gobierno federal a muy pocos días del alzamiento, resultado de una combinación de presión popular en las calles y una valoración contrainsurgente en los círculos del poder, no provocó, como hubiera podido esperarse, la deslegitimación, el desfondamiento del esfuerzo militar rebelde sino que lo transformó, casi de inmediato, en un esfuerzo político, en un viento fresco e incluyente que vino, en esos días tan aciagos, a dar nuevo aliento a las esperanzas de transformación del país. Las armas se volvieron de pronto más eficientes en tanto que cesaron de disparar y pasaron a tener un poderoso valor simbólico.

Sin sentarse en la mesa en la que las fuerzas políticas discutían con el gobierno los asuntos que, luego dieron paso a la alternancia en el poder ejecutivo, los indígenas chiapanecos, precisamente porque seguían empuñando esas armas con enorme dignidad y determinación, empujaron la mano primero a Salinas de Gortari y luego a Ernesto Zedillo y su partido obligándoles a alcanzar acuerdos con los partidos de oposición.

Imposible concebir el deterioro súbito y creciente del régimen autoritario, que supuestamente se encontraba en su mejor momento y preparándose para una transformación gatopardiana, sin ese golpe inicial y sin la presencia cada vez más firme y ampliada del zapatismo en las calles, sobre todo de la ciudad de México y en los más diversos círculos políticos e intelectuales del país y del extranjero.

El desconcierto y la división de las élites que ese alzamiento de desarrapados provocó condujo, de alguna manera, a la descomposición de los mecanismos tradicionales de trasmisión del poder. Colosio, el delfín, andaba por el país a la deriva, lejos del poder del que se sabía, supuestamente, heredero, confuso, marginado y tanto que se volvió un blanco fácil y cayó al fin asesinado.

Consciente de la debilidad congénita de su mandato, remarcada a sangre y fuego con la ejecución de Ruiz Massieu, apoyando su propaganda en el miedo y prometiendo un bienestar que nunca llegó, Ernesto Zedillo alcanza la presidencia y no tarda en enfrentarse con su antecesor Salinas de Gortari y en plantear al EZLN un escenario de diálogo y negociación, que si bien jamás prosperó, sentó las bases para que el sistema se viera obligado a respetar la integridad y la presencia de los rebeldes. Quienes, de nuevo, son uno de los factores determinantes para que Zedillo se transforme en el “presidente bisagra”; el priista que entrega, por primera vez en décadas, el poder a la oposición. Triste y terrible para México resultó, sin embargo, que ese privilegio, esa enorme responsabilidad recayera en un truhán: Vicente Fox.

Quizás los zapatistas hubieran jugado un papel en una eventual victoria de Cuauhtémoc Cárdenas. La izquierda institucional que se volcó en su apoyo fue siempre vista en la montaña con recelo y desconfianza; Aunque Cárdenas fue el único candidato presidencial que estuvo en los territorios zapatistas no obtuvo, el “hijo del General” como se le llamaba por esos lares, en ninguna de las dos últimas oportunidades en que se presentó a las elecciones, el aval explícito de los rebeldes. La misma historia, pero recargada, pues de la omisión se pasó a la condena, se repitió con AMLO en los comicios presidenciales del 2006 y todo parece indicar habrá de repetirse de nuevo, con lo que queda de la izquierda, en las elecciones legislativas de este año. “Los caminos de la vida…” dice la canción.

Esos indígenas tzotziles, zteltales, choles cambiaron el país; unos cuantos, en la clase política, han hecho de esas transformaciones su botín exclusivo y vuelven, soberbios como son, a olvidarse de esos que hace 15 años obligaron al poder a doblar la cerviz, olvidan que allá en la montaña ni el tiempo importa, ni la memoria cesa.

4 comentarios:

ARMANDO GARCIA SUAZO dijo...

No se a bien que pensar al respecto maestro pues en materia indígena el corazón se me hace dedazos. Recuerdo hace muchos años en un simposio de Derecho el Dr. Jaime del Arenal (jurisconsulto que admiro mucho) comentó que una de las instituciones que hizo Roma grande fue darle autonomía a los grupos conquistados y que el secreto del funcionamiento de dicha autonomía fue proveer a las provincias de un sistema de impartición de justicia basado en sus costumbres y con apego y respeto al derecho público protegido. Yo creo que eso y no tratar de integrarlos a un modelo, además de idiota, injusto socialmente, y respetar sus usos y costumbres, le daría otro rostro a su problema. El llevarles progreso es retrograda; lo mejor es entender que es gente humilde, pero nunca, nunca permitir que la humildad se confunda con miseria y hambre. El día que empecemos como humanidad a hacernos cargo de la pobreza, ese día comenzaremos a salvarnos como tal.

ARMANDO GARCIA SUAZO dijo...

Ah! se me olvidaba. Lo invito a que también visite mi blog y comente el ensayo de la semana.
http://armandosuazo.blogspot.com

Saludos.

BCASARINZ dijo...

EPIGMENIO:

la izquierda TUVO SU OPORTUNIDAD DE JUGAR A LA DEMOCRACIA en el 2006

, desgraciadamente el llamado: iAMLOoser se llenó de SOBERBIA (EMBELEZANDO A LOS intelectuales de tercera como tú y que viven de las tragedias del 68 y no pueden superar sus limitaciones), cuando vio que perdia irremediablemente, hizo su berrinche y atacó a la democracia, a la legalidad y al estado de derecho , convertiendose en un claro delincuente

ACEPTA LA REALIDAD DE UNA VEZ Y QUITATE LA VENDA DE LOS OJOS:

¡¡TANTO AMLO COMO LA IZQUIERDA, YA ESTAN MUERTOS!!

POR FAVOR YA NO VIVAS DE RENCORES!!

SALUDOS:

BERNARDO CASARIN

P.D.
es una verguenza el tener que soportar a intelectuales como Monsivais, y tu en los medios de comunicacion! Y QUE QUEDE BIEN CLARO , NOSOTROS-EL PUEBLO DE MEXICO - YA ABRIMOS LOS OJOS Y

¡¡JAMAS VAMOS A PERMITIR QUE LA IZQUIERDA LLEGUE AL PODER EN MEXICO!!

BCASARINZ dijo...

EPIGMENIO:

la izquierda TUVO SU OPORTUNIDAD DE JUGAR A LA DEMOCRACIA en el 2006

, desgraciadamente el llamado: iAMLOoser se llenó de SOBERBIA (EMBELEZANDO A LOS intelectuales de tercera como tú y que viven de las tragedias del 68 y no pueden superar sus limitaciones), cuando vio que perdia irremediablemente, hizo su berrinche y atacó a la democracia, a la legalidad y al estado de derecho , convertiendose en un claro delincuente

ACEPTA LA REALIDAD DE UNA VEZ Y QUITATE LA VENDA DE LOS OJOS:

¡¡TANTO AMLO COMO LA IZQUIERDA, YA ESTAN MUERTOS!!

POR FAVOR YA NO VIVAS DE RENCORES!!

SALUDOS:

BERNARDO CASARIN

P.D.
es una verguenza el tener que soportar a intelectuales como Monsivais, y tu en los medios de comunicacion! Y QUE QUEDE BIEN CLARO , NOSOTROS-EL PUEBLO DE MEXICO - YA ABRIMOS LOS OJOS Y

¡¡JAMAS VAMOS A PERMITIR QUE LA IZQUIERDA LLEGUE AL PODER EN MEXICO!!